Sergio Covarrubias Vergara, hasta el sábado pasado vicepresidente de la Federación de Criadores de Caballos Raza Chilena, cumplió su período como director y decidió no ir a la reelección. Sin embargo, el Consejo Superior aprobó por unanimidad nombrarlo Director Honorario.

Covarrubias conversó con CaballoyRodeo.cl sobre su experiencia en tres períodos como integrante de la mesa directiva de la Federación.

"Aparte de la experiencia me quedan las vivencias que hemos tenido y yo he tenido la suerte que Dios me ha acompañado; vivencias espectaculares como ir a la FICCC, ir a Argentina a hablar con gente que yo no conocía y tener que presentarme, ir a Uruguay, ir a Brasil. Tuve la suerte de ir acompañado por una persona magnífica, José Miguel Muñoz, nuestro gerente. Esa es una vivencia, pero hay muchas como la Semana de la Chilenidad del Estadio Nacional (Fiesta Chilena en Ñuñoa), esa es una guagua mía", expresó.

"Le doy gracias a Dios por haber vivido esto y la misma emoción que sentí hoy (sábado). Se me hizo un nudo en la garganta, me tuvieron en las cuerdas, igual que cuando un caballo corcovea y uno pierde los estribos, estuvieron a punto de botarme al suelo por el cariño demostrado, por lo emocionante que es que le reconozcan a uno. Yo soy una persona muy sencilla y me gusta trabajar porque quiero esto y la Federación es parte de mi ADN", agregó.

Desde la Asociación Santiago pasó a ser director de la Federación, tesorero y luego vicepresidente, algo que valora mucho.

"Diría que hice carrera en la Federación, porque trabajé por el gusto de trabajar y parece que fui haciéndolo bien porque me fueron reconociendo dándome nuevas funciones. Hice cosas entretenidas como ser tesorero; era pesado. Una vez César Núñez me tiró una talla, me dijo 'oye ni Alfredo Moreno nos retaba tanto como tú, pucha que eres pesado'. Ahí creé la famosa Comisión Finanzas para no ser el único pesado. Hoy es una comisión que funciona muy bien, pero en ese entonces yo la creé para no tener toda la responsabilidad", sostuvo.

"Es un cúmulo de historias, de sensaciones, que hoy las vi reflejadas y le doy gracias a Dios. Yo voy a seguir trabajando hasta que me digan que me tengo que ir, pero es parte de mi historia, para mí no es un sacrificio", añadió.

También fue pilar importante, en su rol de vicepresidente, en fortalecer las relaciones de la Federación de Criadores con la Federación del Rodeo Chileno, lo cual comentó con orgullo.

"Soy mitad criador y mitad corralero, entonces es fácil cuando uno está metido en los dos mundos, articularlos, por decir algo. Nunca pensé que iba a ser vicepresidente, y además fui tesorero y vicepresidente a la vez, porque tenía un compromiso con José Miguel, prácticamente no me veían en la casa. Pero hoy ya me va a ver más, voy a dedicarme a correr en vaca los últimos años de mi vida y a preocuparme de mi crianza", manifestó.

En cuanto a su nombramiento de Director Honorario, se mostró feliz de estar al lado de personas como Benjamín García-Huidobro, Arturo Correa y Ricardo Ibáñez.

"Yo reconocí que el peso específico que veo en los otros directores honorarios es muy distinto al mío. Yo trabajé, y no son frases cliché, con gusto y a lo mejor hice algo y por eso me han reconocido; pero los otros directores honorarios tienen muchas más condiciones para hacerlo. Nunca lo esperé, nunca lo hubiera pedido, no se me ocurriría, pero si viene este nombramiento no puedo oponerme. Son dos cosas: primero, una emoción grande; y segundo, una responsabilidad no menor", argumentó.

Covarrubias también recordó el vínculo que tuvo con Agustín Edwards, fallecido Presidente Honorario de la Federación.

"Tengo muchos recuerdos con él, con mucho cariño y pena a la vez, pero sé que hoy está tranquilo don Agustín. Me acuerdo que me pegaba unos puñetes en el pecho y me decía 'por Dios que eres cariñoso Sergio'. Y era porque yo le llevaba unas tunas al Champion de Chile, él se acercaba y me pegaba un puñete muy suave en el pecho, de cariño. Y tuve la oportunidad de retribuirle el cariño que me dio, porque era muy difícil retribuirles el cariño a don Agustín y a la señora Malú; fue a uno o dos matrimonios de mis hijos y ahí me preocupé de atenderlo, de regalonearlo. Era un hombre que sabía que era amigo nuestro, porque no le pedíamos nada, le entregábamos afecto y cariño", concluyó.